Obama se muere de ganas de sacar de una vez sus tropas de Afganistán, pero no pueden irse de la noche a la mañana sin dejar antes a alguien que vigile que no se desmadren demasiado los talibanes. Lo primero que han hecho los instructores estadounidenses ha sido poner a hacer ejercicio al ejército afgano. Y viendo el garbo con el que saltan los jóvenes cadetes de Afganistán es para ponerse a temblar si pensamos en qué harán cuando les toque la clase de manejo del fusil.
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